He quedado finalista entre unos cuantos en el tercer concurso de relatos cortos el Beso de Rechenna con el relato Un beso a mi madre
Nada más llegar al mundo me diste mi primer beso para hacerme olvidar una tremenda palmada en el trasero, con el tiempo me fuiste dando otros besos; besos de mantequilla con azúcar para merendar, besos de comprensión cada vez que rompía un jarrón en casa, besos en moneda de curso legal para ir al cine, besos de despedida cuando me fui a la mili, besos de bienvenida todos los años por Navidad, infinitos besos que recuerdo uno a uno. Hoy, ochenta años más tarde, ahora que ya no me conoces, soy yo el que te da un penúltimo beso queriendo olvidar que tú los has olvidado sin querer.